Es sumamente fácil decir, ¡cuídenme el planeta!, mientras yo tengo mi país repleto de industrias y mis ríos llenos de centrales hidroeléctricas, llenándonos las arcas fiscales con dólares provenientes de todos estos negocios. Nos piden que sigamos manteniéndonos absolutamente dependientes del resto de los países productores de energía (de donde provienen estos activistas ecológicos) mientras nosotros quedamos estancados en el subdesarrollo.
¡EH!, momento. Tengo una idea. Podríamos sentarnos con ellos y decir: ¡ok!, no hay problema. Nosotros les cuidamos el medio ambiente, protegemos nuestras zonas nativas, mantenemos los ríos y apoyamos la descontaminación de agua, pero usted me paga por el aire que respira, porque se produce en TIERRAS CHILENAS, y como no tenemos grandes industrias y las que queremos tener ustedes me las frenan, creo que sería un buen intercambio comercial.
Nicolás Abarca, 4º Medio B
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